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Gradiente

¿Te estás olvidando de Vivir? El desafío del equilibrio “vida-trabajo”

¿Alguna vez te has sentido atrapado en una rutina interminable de trabajo, sin tiempo para disfrutar de las cosas simples de la vida? Para algunos, la vida pareciera tratarse de cumplir una lista de tareas diarias, que los mantiene siempre ocupados, a tal punto de sentir que no les alcanzará la vida entera para completarlas.

Existe una presión social constante por ser exitosos en el ámbito laboral, nos implantan el eslogan de “mantente ocupado o muere en el intento”. Nos han vendido que la vida se disfruta si tienes «más», que el bienestar parte muchas veces de lo material y si queremos ese bienestar, debemos trabajar como locos. La “vida feliz” ya vendrá después de acumular lo suficiente.


Hombre tratando de parar el reloj de la vida, porque no le alcanza el tiempo para las responsabilidades del trabajo

Y ojo con esto, no quiero decir que hay que dejar de ser profesionales, o comprometidos con nuestro trabajo y metas, o ser mediocres. Si no, más bien recordarnos a nosotros mismos que también merecemos momentos de relajación, diversión y desconexión.


En ocasiones, nos enfocamos tanto en nuestras responsabilidades laborales que nos olvidamos por completo de vivir. Nos convertimos en robots programados para trabajar, comer y dormir. La vida debe tratarse de mucho más que eso, ¿no?


El exceso de trabajo puede provocar estrés, ansiedad, agotamiento e incluso problemas de salud física y mental. Es fundamental evitar caer en la trampa del trabajo constante y aprender a desconectar para disfrutar de nuestra vida fuera del ámbito laboral.


¿Puedes parar un momento y sentir la vida?

Parece como si hubiera una alergia a sentir el momento presente. El instinto de sacarle partido a todo ha estrangulado la vida, que si bien puede verse a ojos externos como que todo va de manera correcta, por dentro la persona puede estar en una tremenda sequía que le haga vivir como un autómata.


Para lograr un equilibrio adecuado entre la vida personal y el trabajo, es importante establecer límites claros. Aprender a decir “no” cuando sea necesario, delegar tareas en el ámbito laboral si es posible, desconectar del trabajo fuera del horario laboral y tomar vacaciones, aunque sea un par de días para recargar, dedicar tiempo a nuestras relaciones personales, cuidado personal, actividades recreativas y hobbies (si no los tienes, es buen momento para buscar o inventarte uno).


¿Cómo va a llenarte la vida si no tienes tiempo para vivirla? 

Es aprender a soltar el orgullo de pensar que siempre somos los que más sabemos, es a veces dejarse llevar por lo inesperado que nos ofrece la vida. Es dejarnos sorprender. En cierto sentido, hay que volverse un poco “loco” para salir de la tiranía de los convencionalismos de muchas generaciones. El trabajo no lo es todo señores.


Valorar la vida misma nos invita a reflexionar sobre lo efímera que puede llegar a ser. Cada día es una oportunidad para crecer personalmente, amar incondicionalmente e impactar positivamente en nuestro entorno. No dejemos pasar por alto esta maravillosa experiencia llamada vida; aprendamos a vivirla plenamente, valorando cada instante que se nos concede.

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