top of page
Gradiente

Contagio Emocional: El efecto de las neuronas espejo

¿Has notado alguna vez cómo el mal humor de los demás pueden arruinarte el día, aunque en un inicio tú estabas de buen humor? ¿O cómo una persona alegre y entusiasta puede levantarte el ánimo, casi sin decir palabra, solo brindándote una sonrisa? En realidad esto no es casualidad, es el resultado del fenómeno psicológico conocido como contagio emocional, que no es más que la influencia externa en nuestras emociones y comportamientos.


Los humanos nos “contagiamos” a través de la empatía, la observación y la interacción social, absorbemos el estado emocional de quienes nos rodean, muchas veces sin darnos cuenta.


Este es un proceso que ocurre de forma casi automática, gracias a las llamadas neuronas espejo, que son las que nos permiten replicar internamente lo que vemos en los demás: una sonrisa, un gesto de angustia, un tono de voz agresivo o calmado, inclusive hasta un estornudo. Nuestro cerebro traduce esas señales como si fueran nuestras propias emociones.


¿Cómo nos afecta la energía emocional de los demás?

La energía emocional —positiva o negativa— que emiten otras personas puede influir de varias formas, por ejemplo, en nuestro estado de ánimo. Las emociones se propagan como ondas, una persona estresada puede generar ansiedad en quienes la rodean, o, por el contrario, una persona serena puede tranquilizar un ambiente tenso. Sí nos enfocamos en un ámbito de trabajo, he aquí la importancia de tener líderes con inteligencia emocional, porque no solo se trata de dirigir a un equipo, sino de que ambiente fomentas según las emociones que se trasmiten.

emoticones de carita feliz y triste

Estas “energías” también pueden llegar a afectar nuestras decisiones. Por ejemplo, cuando estamos rodeados de personas pesimistas, tendemos a ver los problemas con más dificultad.


Estar rodeado a menudo de emociones negativas y entornos tóxicos, afectan nuestra salud, puede aumentar el estrés crónico, afectar la calidad del sueño y propiciar un sin fin de problemas en nuestro sistema inmunológico.


¿Cómo protegernos (o beneficiarnos) del contagio emocional?

Aunque no podemos evitar completamente el contagio emocional, ya que siempre estaremos expuestos a todo tipo de emociones externas, sí podemos gestionar sus efectos.


  • Toma conciencia de cómo te afectan las personas con las que pasas tiempo. Trata en lo posible de rodearte de energía positiva. Elige conscientemente pasar tiempo con personas que te inspiren la mayor parte del tiempo o te impulsen a una mejor versión de ti, no, por el contrario, aquellas que te agoten física y mentalmente. Todos somos capaces de reconocer que tipo de energías y emociones nos hacen sentir los demás.


  • Sé tú un agente positivo. Recuerda que tu estado emocional también influye en los demás. Ser consciente de ello te convierte en parte activa del bienestar colectivo. No contribuyamos al desgaste emocional, seamos parte de un cambio más positivo.


El contagio emocional es un recordatorio de lo conectados que estamos unos con otros. Cuidar nuestra energía emocional —y la de quienes nos rodean— es una forma de bienestar compartido. Crear entornos más positivos y una vida emocional más equilibrada no es tarea fácil, pero tampoco imposible. Todo siempre debe empezar por uno mismo, trasmite la mejor energía 🌟

Comments


bottom of page